Cuando la belleza se convierte en daño

La otra cara de las cirugías plásticas y por qué en Agón & Asociados hemos decidido no normalizarlo.

 

En Agón & Asociados hemos acompañado múltiples casos donde lo que debía ser una transformación estética, terminó siendo una experiencia dolorosa, confusa y, en algunos casos, incluso trágica. Son historias que tienen mucho en común: personas que confiaron en lo que se les ofrecía, pagaron por un procedimiento estético con la esperanza de verse y sentirse mejor, pero se encontraron con daños irreversibles, abandono médico o graves complicaciones de salud.

Uno de los aspectos más delicados del tema de las cirugías plásticas, es la desinformación. Actualmente, con la fuerza del marketing y la presión social por ciertos ideales de belleza, muchas personas llegan a quirófanos confiando en médicos que, en realidad, no tienen la especialidad requerida. Esto ocurre con más frecuencia de la que se imagina. Se promociona un cirujano plástico, pero quien finalmente realiza la intervención es un médico general, sin formación especializada ni experiencia en este tipo de procedimientos.

 

En uno de los casos que acompañamos, una mujer se sometió a una cirugía plástica en un centro que se promocionaba como líder en su campo. Sin embargo, lo que no sabía era que, detrás de ese gran nombre publicitado, el procedimiento fue realizado por un profesional sin la preparación adecuada. Durante la intervención se presentaron complicaciones anestésicas y el manejo posoperatorio fue prácticamente inexistente. La paciente presentó infecciones, mala cicatrización y, lo más preocupante, fue ignorada por completo cuando comenzó a mostrar signos de alarma. Hoy, esa persona convive con secuelas físicas y emocionales que no debieron haber ocurrido.

En otros casos que hemos llevado, el problema ha sido todavía más extremo: personas no médicas que realizan procedimientos estéticos, esto ocurre especialmente con sustancias como los biopolímeros. Recientemente, se ha legislado para tipificar como delito la aplicación de estas sustancias, debido a los múltiples daños que han causado en cientos de personas. A nosotros llegó el caso de una mujer que fue a una supuesta clínica de procedimientos plásticos para mejorar el aspecto de sus glúteos y, lo que recibió, fue la aplicación de biopolímeros por parte de una persona sin credenciales claras; como consecuencia, desarrolló lesiones internas severas, dolor crónico y una afectación directa en su salud integral. Este caso está siendo acompañado por nuestro equipo con todo el rigor que merece.

 

Casos como estos no son aislados y aunque duelan, hay que contarlos, no para generar miedo, sino para que quienes han pasado por algo similar sepan que tienen derechos. Que no están obligados a callar, ni a asumir todo el peso del error médico o del engaño comercial.

En Agón & Asociados creemos que cuando la belleza se convierte en daño, la justicia debe aplicarse, ya que detrás de cada intervención hay una persona. Por eso, representamos con firmeza a quienes han sufrido este tipo de vulneraciones porque un procedimiento estético puede ser una decisión personal válida, pero nunca debería convertirse en una pesadilla.

Si tú o alguien que conoces ha vivido una experiencia similar, estamos aquí para escuchar, orientar y actuar. ¡Porque tu cuerpo y tu dignidad también merecen justicia!